El caminar con los pies hacia dentro, conocido como “marchar en aducción” o “intoeing” en términos médicos, es una condición común en la infancia. Aunque puede ser motivo de preocupación para muchos padres, en la mayoría de los casos es una fase normal del desarrollo que se corrige por sí sola con el tiempo. Sin embargo, es importante entender las causas, saber cuándo es necesario buscar ayuda médica y qué opciones de tratamiento están disponibles.
Motivos por los que un niño camina con los pies hacia dentro
Existen varias razones por las que un niño puede caminar con los pies hacia dentro, y estas razones pueden variar según la edad del niño. Aquí te explicamos las más comunes:
- Torsión tibial interna: Esta es una de las causas más comunes del caminar con los pies hacia dentro. La torsión tibial interna ocurre cuando la tibia (el hueso largo de la espinilla) está girada hacia adentro. Es más común en bebés y niños pequeños, ya que su esqueleto aún está en desarrollo. En la mayoría de los casos, la torsión tibial interna se corrige de manera natural a medida que el niño crece.
- Anteversión femoral: La anteversión femoral es cuando el fémur (el hueso largo del muslo) está torcido hacia adentro. Esto suele notarse más cuando los niños comienzan a caminar. Al igual que la torsión tibial, la anteversión femoral generalmente se corrige sola con el tiempo, especialmente durante los años preescolares y escolares.
- Metatarso aducto: El metatarso aducto es una deformidad en la cual los huesos del pie del niño están curvados hacia adentro. Esta condición es más común en bebés y puede ser causada por la posición del bebé en el útero. En la mayoría de los casos, el metatarso aducto mejora a medida que el niño crece, aunque en casos más severos puede requerir tratamiento.
- Herencia genética: A veces, caminar con los pies hacia dentro puede ser hereditario. Si uno de los padres tuvo la misma condición durante su infancia, es más probable que el niño también la experimente.
- Desarrollo muscular y esquelético: Durante el crecimiento, los huesos y los músculos de los niños están en constante desarrollo y ajuste. Algunas veces, este crecimiento no es completamente simétrico, lo que puede llevar a caminar con los pies hacia dentro.
¿Cuándo debería preocuparte?
Aunque la mayoría de los casos de intorsión se resuelven por sí solos, existen ciertas señales que podrían indicar la necesidad de consultar a un médico:
- Persistencia más allá de los 8 años: Si el caminar con los pies hacia dentro no mejora o empeora después de los 8 años, podría ser necesario una evaluación más profunda.
- Dolor: Si el niño experimenta dolor en las piernas, rodillas o caderas mientras camina, esto podría ser un signo de un problema más serio.
- Dificultad para caminar o correr: Si el caminar con los pies hacia dentro afecta la capacidad del niño para caminar o correr adecuadamente, es importante buscar orientación médica.
- Asimetría notable: Si un pie o una pierna parecen estar más afectados que el otro, esto podría indicar un problema subyacente que necesita atención.
Soluciones y tratamientos
La mayoría de los niños que caminan con los pies hacia dentro no requieren tratamiento, ya que la condición suele mejorar con el tiempo. Sin embargo, en algunos casos, se pueden considerar las siguientes opciones:
- Observación y seguimiento: En la mayoría de los casos, la recomendación principal es observar y monitorear la marcha del niño a medida que crece. Los médicos suelen revisar el progreso en cada visita de control pediátrico.
- Fisioterapia: En casos donde el intorsión afecta la movilidad o causa dolor, la fisioterapia puede ser útil. Los ejercicios específicos pueden ayudar a fortalecer los músculos de las piernas y mejorar la postura del niño.
- Uso de órtesis o férulas: En raros casos, y si la condición es severa, los médicos pueden recomendar el uso de órtesis (dispositivos de soporte) o férulas para ayudar a corregir la posición de los huesos.
- Cirugía: La cirugía es extremadamente rara y solo se considera en casos severos donde el caminar con los pies hacia dentro no mejora con la edad y causa problemas significativos de movilidad o dolor. Este tipo de intervención suele reservarse para adolescentes o adultos jóvenes con deformidades graves.
- Calzado especializado: Aunque en la mayoría de los casos no se necesita un calzado especial, algunos médicos pueden recomendar zapatos con soporte adicional si creen que puede ayudar al desarrollo del pie y la marcha del niño.
Conclusión
Caminar con los pies hacia dentro es una condición común en la infancia y, en la mayoría de los casos, se corrige naturalmente con el tiempo. Si bien puede ser motivo de preocupación para los padres, es importante recordar que la mayoría de los niños superan esta fase sin necesidad de intervención médica. Sin embargo, si tienes dudas o si notas que la condición persiste o causa molestias a tu hijo, es recomendable consultar a un pediatra o un especialista en ortopedia para asegurarte de que su desarrollo sea saludable y sin complicaciones.