Los pies planos son quizás el problema más conocido por la población. En toda familia hay al menos alguien que sufre de pies planos y se queja de dolores al caminar o estar de pie mucho tiempo. Te explicamos en qué consiste este problema y cuáles son las formas de tratarlo. El pie plano es una condición en la que el arco plantar tiene menor altura de lo normal, comparándolo con un pie bien formado.
Este aplanamiento del arco provoca un mayor estrés sobre la fascia plantar, ya que esta no tiene apoyo lateral, lo que ocasiona que los músculos y tendones se esfuercen más de lo normal para mantener el equilibrio e impulsar al andar.
Entre los recién nacidos la proporción de pie plano es muy pareja entre niños y niñas, mientras que entre los adultos predomina entre las mujeres, principalmente tras la gestación o durante la menopausia.
Afortunadamente, el pie plano puede ser corregido con relativa facilidad y la persona puede llevar una vida normal cumpliendo los consejos del especialista. ¿Tienes pies planos o crees que puedes tenerlos? Te explicaremos cómo saber si sufres esta condición y cuáles son los tratamientos para corregirlos.
¿Qué es el pie plano?
Como pie plano se conoce una condición fisiológica en la que la bóveda plantar presenta una altura menor de lo normal. La caída del arco también puede provocar un ensanchamiento de la zona media del pie, por lo que la huella de la pisada parecerá la de un «pie gordo» en comparación con la huella de un pie con arco bien formado.
Internamente, el tejido responsable de formar el arco es la fascia plantar, un tejido conectivo flexible que va desde el hueso del talón hasta el metatarso del pie, donde se encuentran las almohadillas de los dedos.
La fascia es responsable de absorber el impacto del pie contra el suelo al caminar y reutilizar esta energía para el siguiente paso, así como proteger a los huesos del metatarso contra una posible flexión extrema de los dedos en sentido dorsal (hacia arriba).
¿Cuáles son las causas del pie plano?
En un 90% de los casos el pie plano es de tipo congénito, es decir, que se nace con esta condición. Sin embargo, hay que aclarar que todos los niños nacen con lo que se denomina pie plano fisiológico, es decir, que su arco plantar es plano debido a que hay una gran flexibilidad de la fascia y los músculos del pie.
Hacia los 3 meses de edad y en algunos casos durante el crecimiento temprano, la fascia plantar y estos músculos adquirirán la tonicidad y forma correcta y desaparecerá la condición de pie plano fisiológico.
En algunos adultos que crecieron sin este problema, el pie plano puede aparecer por un problema en el músculo tibial posterior, que ocasiona un relajamiento no deseado del músculo que sujeta el arco plantar.
¿Qué síntomas tiene el pie plano?
Además de ser evidente a simple vista que el arco plantar es inexistente o muy bajo, pueden haber síntomas relacionados con este problema como:
- Dolor en los músculos de la entrepierna y pierna. Al caer el peso del cuerpo hacia el interior del pie, la musculatura del lado interno de ambas piernas se esfuerza más para mantener al cuerpo en una posición vertical firme, lo que a la larga genera inflamación de tendones y dolor.
Además los músculos gemelos, los tobillos y músculos flexores de los dedos sufren gran tensión al tratar de mantener el equilibrio durante la marcha.
- Dolor en el dorso del pie. En el pie plano la fascia no absorbe bien el impacto contra el suelo al caminar, lo que provoca mayor tensión sobre los huesos del dorso del pie y posible artrosis por el roce entre ellos.
Muchas personas con pie plano reportan problemas de circulación y entumecimiento de las piernas al caminar o estar de pie mucho tiempo.
También puede haber dolor en las rodillas, pues estas quedan fuera de alineación y se giran hacia adentro, dando un aspecto de tener las rodillas en ‘X’.
¿Cómo se diagnostica clínicamente un pie plano?
El diagnóstico médico del pie plano se basa en estudios de huella del pie para determinar dónde se ejerce presión, o no, al pisar, así como a través del Test de Jack, para ver si se forma el arco correctamente al levantar el dedo gordo.
También se puede hacer el Test de Puntillas (Heel Rise Test), parándose de puntillas para apreciar si se forma el arco y hacia qué posición se desplaza el talón. En caso de detectarse que se tiene pie plano, el médico hará un examen biomecánico para determinar si el arco es flexible, semiflexible o totalmente rígido.
El pie plano flexible tiende a corregirse con el crecimiento, mientras que el pie plano semiflexible se corregirá con tratamientos relativamente sencillos como el uso de plantillas y ejercicios para reforzar los músculos del pie.
En el pie plano rígido es probable que el astrágalo esté en posición vertical y no horizontal, como debería ser, o dos huesos del metatarso están fusionados de nacimiento e impiden que el arco se forme correctamente.
Por lo tanto, los casos de pie plano rígido requerirán con seguridad cirugía correctiva.
Artículo elaborado por la Clínica San Román
Fecha de publicación 20-2-2020
