La cirugía podológica de mínima incisión o cirugía mínimamente invasiva del pie es una técnica ampliamente usada para la corrección definitiva de deformidades como los juanetes del primer dedo (hallux valgus) o del quinto dedo (juanete de sastre), dedos en garra, metatarsalgias y otras afecciones relacionadas.
La cirugía podológica de mínima incisión fue desarrollada por podiatras estadounidenses, por lo que se conoce como cirugía MIS (Minimal Incision Surgery).
Se basa en la intervención de las estructuras del pie a través de pequeñas incisiones, de entre 2 y 5 milímetros de longitud.
Gracias al uso de esta técnica, el cirujano puede actuar a través de estas incisiones sobre los huesos, ligamentos, cápsulas, tendones y otras estructuras, sin exponerlos directamente.
Esto reduce el trauma sobre los tejidos y por lo tanto, el tiempo requerido para la recuperación total del paciente.
Aunque es una cirugía rápida y de tipo ambulatorio, debe ser hecha por profesionales experimentados y entrenados en este campo.
Muchos pacientes se preguntan cuándo es conveniente someterse a una cirugía podológica de mínima incisión y si sus resultados son duraderos.
Vamos a aclarar algunas dudas sobre este tema.
¿Es efectiva la cirugía podológica de mínima incisión?
Al igual que la cirugía abierta, la cirugía podológica de mínima incisión permite corregir todo tipo de deformidades y problemas en las estructuras del pie con un altísimo porcentaje de éxito.
Sin embargo, los resultados de la cirugía del pie dependen tanto de la técnica, de los equipos usados, como también de la experiencia del cirujano.
Si esto se realiza correctamente la deformidad no volverá a aparecer.
¿Se utilizan tornillos o agujas para la realización y fijación de las técnicas?
No se usan tornillos metálicos o agujas para fijar las estructuras del pie tras su realineación y corrección.
Este tipo de cirugía se realiza a través de incisiones muy pequeñas por las cuales se introducen instrumentos especializados para intervenir las estructuras del pie afectadas por la deformidad.
Estas mini-incisiones son suturadas al terminar el procedimiento quirúrgico. Luego se coloca un vendaje especial sobre el pie que ayudará a mantener la alineación de las estructuras.
El paciente sale de la consulta usando un zapato especial que ayuda a mantener la forma y biomecánica del pie operado.
Este vendaje se irá ajustando semanalmente hasta que culmine la curación total del pie.
¿Se usa láser en la cirugía mínimamente invasiva del pie?
No se utiliza técnica a base de rayos láser en la cirugía del pie. De hecho, no existe ningún tipo de cirugía láser para corregir la deformidades del pie.
Esta es una creencia que se divulgó erróneamente hace años debido a que la cirugía podológica de mínima incisión no deja ninguna cicatriz visible, algo similar a lo que ocurre con las técnicas a base de láser usadas en otras áreas de la medicina.
¿Es adecuada la cirugía podológica de mínima incisión para todos los problemas del pie?
Aunque es una técnica adecuada para corregir la gran mayoría de las deformidades del pie, existen casos en los que se requiere una mayor exposición de los tejidos intervenidos, por lo que se debe recurrir a la cirugía abierta.
La cirugía podológica de mínima incisión es ideal para patologías muy frecuentes como juanetes, dedos en garra o metatarsalgias, entre otras.
En las últimas dos décadas se han desarrollado equipos y técnicas para realizar intervenciones quirúrgicas de todo tipo con la menor exposición o invasión de tejidos.
El objetivo de estas técnicas ha sido el reducir el trauma a los tejidos intervenidos, reducir el riesgo de complicaciones y acortar el tiempo de recuperación del paciente.
¿Cuáles cuidados requiere una cirugía podológica de mínima incisión?
Esta técnica requiere los cuidados preoperatorios habituales de otros tipos de cirugía, como la aplicación de anestesia local desde el tobillo hasta el pie, o la sedación ligera.
Tras la operación, el paciente sale del consultorio caminando, con un zapato especial; que ayuda a mantener y consolidar la forma correcta del pie y acelerar la recuperación total.
En casos de dolor o inflamación, solo se requiere tomar algún medicamento analgésico o antiinflamatorio.
El alta definitiva suele darse a los 2 meses de la operación, período durante el cual se harán revisiones semanales y ajustes al vendaje aplicado para mantener la forma del pie tras su corrección quirúrgica.
La reincorporación al trabajo dependerá de la actividad profesional del paciente, es decir, que será inmediata para un oficinista pero puede requerir más tiempo para alguien que opere maquinaria pesada, haga deporte extremo o conduzca vehículos con caja de cambios manual.
Artículo elaborado por la Clínica San Román
Fecha de publicación 10-2-2020