La temperatura corporal depende mucho de nuestros pies, eso lo hemos escuchado mucho y, es muy posible que desde que eras pequeño tus abuelas hayan repetido constantemente la expresión: «cálzate, el frío entra por tus pies». Más allá de expresiones comunes ¿Qué hay de cierto en ello?
¿El frío entra por los pies?
Según los estudios hechos hasta la fecha parece que una vez más, nuestros mayores andaban en lo cierto. Gracias a las investigaciones realizadas, podemos afirmar que esta sentencia tiene una base lógica y científica.
Los seres humanos contamos con varios mecanismos de defensa frente a las inclemencias y los peligros del medio ambiente. Uno de ellos, radica en el hecho comprobado de regular su propia temperatura corporal o lo que es lo mismo: la termorregulación.
Existen dos partes de nuestro cuerpo donde anatómicamente, la temperatura se regula de manera constante:
La cabeza y la termorregulación
En condiciones normales el calor tiende a focalizarse en la cabeza. Normalmente es una parte que va descubierta, por lo que los procesos de absorción y liberación del calor tienen lugar en esta parte del cuerpo.
Por eso, cuando las temperaturas son bajas, conviene abrigar nuestra cabeza usando gorros o bufandas que le permitan mantener un calor constante.
Los pies y la termorregulación:
En el caso de los pies, el mecanismo físico que subyace a este proceso es el llamado traspaso de energía por contacto o proceso de conducción.
Nuestros pies están directamente conectados con el suelo, por ello se impregnan de las temperatura que este tenga de manera directa. En el verano, usamos calzado ligero que favorece la pérdida de calor. Algo contrario de lo que ocurre en épocas de frío, donde nuestros pies necesitan retener ese calor para su correcta salud.
Para ello, es necesario hacer uso del calzado correcto que permita acomodar nuestros pies a las diversas temperaturas que puedan encontrar según la época del año en la que nos encontremos.
¿Cómo ocurre este traspaso de temperatura?
Los procesos de traspaso de temperatura que suceden en el organismo humano son los siguientes.
Proceso de Radiación:
En este tipo de proceso, la absorción de calor ocurre sin contacto específico de un cuerpo. Sería el caso del calor que nos proporciona el sol. No tenemos un contacto directo pero se emite una radiación que es percibida en nuestro cuerpo.
Proceso de Convección:
En este proceso la transmisión de calor ocurre mediante algún tipo de medio como puede ser el aire o ciertos fluidos, siempre en movimiento. Podríamos tomar como ejemplo, el mecanismo de un ventilador.
Proceso de Conducción:
En este caso, gracias al contacto de dos cuerpos la temperatura se traspasa de manera automática. Por ejemplo, al acercar nuestras manos a un radiador.
Como habéis podido comprobar, la expresión «el frío entra por los pies» tiene unas bases totalmente verídicas y una vez más, nuestros abuelos contaban con la verdad.
Por todo ello, en los meses más fríos del año, debemos controlar la salud de nuestro cuerpo y protegerlo ante bajas temperaturas para disminuir la aparición de posibles problemas en nuestro organismo.
Artículo elaborado por la Clínica San Román
01-03-2021
