Todos en algún momento de nuestra vida hemos sentido un pinchazo o dolor en el tendón de Aquiles, es decir, justo en la parte posterior del tobillo.
Y al igual que el personaje mitológico que le dio su nombre, sentimos dificultades para caminar, correr o bajar escaleras. Puede que se trate de una molestia pasajera, pero si persiste en el tiempo y no mejorar será necesario consultar con un podólogo o médico especialista en pie.
Existen diversos motivos por los cuales puede haber dolor en el talón y a continuación explicaremos algunos de ellos.
Dolor en el tendón de Aquiles por una rotura parcial o total
Cuando se genera una rotura total o parcial del tendón de Aquiles se produce dolor al estirar o descargar peso, inflamación y deformidad en la zona posterior del pie.
Por lo general, las roturas de este estilo tienen lugar cuando se hace un salto forzado, aceleración repentina al correr o se excede la capacidad de estiramiento.
De igual forma, pueden producirse por una caída, pero estos son los casos menos frecuentes.
Estadísticamente, el dolor en el tendón de Aquiles por un desgarro tiene una mayor incidencia en las personas que hacen ocasionalmente por diversión y sin haber calentado y estirado previamente.
El tratamiento habitual consiste en cirugía cuando la rotura es total o muy extensa, en los casos de menor tamaño se inmoviliza el pie hasta que cicatrice el tendón.
Tendinopatías
La tendinopatía se puede dar de dos formas en cualquier tendón del cuerpo, incluyendo el tendón de Aquiles.
Por un lado está la tendinitis, que es la inflamación del tejido que conecta al músculo y el hueso, es decir, el tendón.
Cuando la inflamación no se trata a tiempo y se sigue haciendo un esfuerzo excesivo entonces se convierte en tendinosis.
El paciente experimenta:
- Dolor que no desaparece, incluso con fármacos.
- Dolor y molestias cuando se toca la parte afectada.
- Aumento en el volumen del tendón.
- Nódulos.
El síndrome de Haglund y el tendón de Aquiles
El síndrome de Haglund genera mucho dolor en los pacientes, de hecho, sus molestias suelen ser las más incapacitantes.
Consiste en la calcificación, o acumulación de calcio, en la inserción del tendón de Aquiles. Básicamente, se forma un cúmulo de tejido óseo sobre el tendón. Este crecimiento óseo anormal puede darse en la parte anterior de las fibras o en la parte posterior, pero en ambos casos genera una gran molestia al caminar.
El síntoma más característico es un abultamiento en la parte posterior del talón, además de dolor al subir cuestas, caminar rápido o hacer deporte.
El tratamiento de infiltraciones puede aliviar el dolor temporalmente, sin embargo, la solución definitiva consiste en cirugía.
Existen muchas causas para el dolor en el tendón de Aquiles, por lo que se recomienda un diagnóstico preciso por un podólogo con experiencia y aparatología específica de imagen. Contacte con la Clínica San Román
Artículo elaborado por la Clínica San Román
14-9-2021
