
Tratamientos Conservadores
- Plantillas Ortopédicas: Ayudan a redistribuir la presión en el pie, aliviando el dolor.
- Calzado Adecuado: Uso de zapatos con buena amortiguación y soporte.
- Medicamentos: Antiinflamatorios no esteroides (AINEs) para reducir la inflamación y el dolor.
- Fisioterapia: Ejercicios específicos para fortalecer los músculos del pie y mejorar la movilidad.
- Reposo: Evitar actividades que empeoren los síntomas.
Cirugía Mínimamente Invasiva
En casos donde los tratamientos conservadores no son suficientes, la cirugía mínimamente invasiva puede ser una opción eficaz. Este enfoque quirúrgico ofrece varias ventajas:
- Pequeñas Incisiones: Se realizan pequeñas incisiones, reduciendo el trauma en los tejidos circundantes.
- Menor Dolor Postoperatorio: Debido a la naturaleza menos invasiva del procedimiento.
- Recuperación Rápida: Los pacientes suelen experimentar tiempos de recuperación más cortos en comparación con la cirugía tradicional.
- Resultados Precisos: Permite una corrección precisa de la deformidad del metatarsiano.
La cirugía mínimamente invasiva puede incluir procedimientos como la descompresión de la cabeza del metatarsiano, osteotomías para realinear el hueso, o la resección de tejido necrótico. Es fundamental que un especialista en podología evalúe cada caso para determinar el tratamiento más adecuado.

