Si alguna vez has estado mucho tiempo en la ducha, en la piscina o simplemente haciendo alguna actividad en la que tengas un contacto prolongado con el agua habrás notado que la piel de tus manos y pies se arruga.
La piel es el órgano más grande del cuerpo humano y tiene diversas funciones más allá de contener los órganos y fluidos dentro del mismo. Tiene la función de proteger al organismo contra agentes patógenos y de regular la temperatura del cuerpo ante el frío o calor extremo.
Además, posee una amplia red de nervios que permiten al cuerpo reaccionar ante el roce o heridas, lo que es parte del mecanismo de defensa y protección
Pero para muchos es sorprendente ver que la piel se arruga tras estar expuesta por mucho tiempo al agua. Vamos a explicarte por qué ocurre esto.
Una reacción protectora
La piel de las palmas de manos y planta de los pies es la única que se arruga con el contacto con el agua. La razón es muy simple.
Debajo de la piel del cuerpo hay una capa de grasa que actúa como un elemento impermeable. Además toda la superficie está cubierta de pequeñas glándulas sebáceas, que producen aceites y grasas que lubrican la piel y la protegen contra la acción del agua.
Sin embargo, en las palmas y plantas de manos y pies no existen estas glándulas. Por esta razón, cuando las exponemos por mucho tiempo al agua, la piel empieza a absorber agua y se engrosa de manera irregular, dando lugar a las “arrugas”.
Algo curioso es que las arrugas aparecen tras unos 5 minutos de exposición continua al agua, en el caso del agua dulce, y unos 8 a 10 minutos en agua salada.
En todo caso, hay varios estudios que han analizado las posibles razones por las cuales sólo se arruga la piel de las manos y pies con el contacto prolongado con el agua. Vamos a detallar las dos principales.
Mejor agarre en condiciones peligrosas
Según diversos estudios el hecho de que la piel plantar o de las manos sea la única que se arruga es parte de un mecanismo controlado por el sistema nervioso central.
Cuando el cuerpo ha estado expuesto mucho tiempo al agua, aumenta el riesgo de resbalones o pérdida de agarre en las manos y pies. Las arrugas ayudan a aumentar la tracción sobre las superficies húmedas, evitando caídas peligrosas.
Diferentes estudios demuestran que el encargado de provocar estas rugosidades es el sistema nervioso central. El objetivo de esta reacción es poder agarrarse mejor a las superficies húmedas al pisar y agarrar mejor cualquier objeto que necesitemos sujetar.
Las arrugas en los pies son señal de buena salud
La vinculación entre el sistema nervioso central y las arrugas de la piel en manos y pies se hace evidente en los pacientes con enfermedades neurológicas como Mal de Parkinson, Alzheimer y lesiones en los lóbulos temporales.
En estas personas la reacción de la piel ante el contacto prolongado con el agua es inexistente o mínima. Por tal razón, se considera que si la piel reacciona bien, es señal de que el sistema nervioso funciona adecuadamente.
No abuses de mojar las manos y los pies
Aunque exponer las manos y pies al agua por mucho tiempo no representa un riesgo para la salud de tu piel, es preferible que lo hagas de manera moderada.
En principio hay que recordar que la piel tiene aceites que la lubrican y protegen, y el contacto excesivo con el agua hace que estas sustancias se “laven”, dejando la epidermis expuesta a hongos y bacterias.
Además, la sobreexposición al agua puede provocar a la larga problemas en las uñas, que también se verán afectadas por la alteración de las capas profundas de la piel de manos y pies. La mejor forma de protegerte cuando vayas a mojarte por mucho tiempo es usando guantes y un calzado de goma o suela antirresbalante.
Artículo elaborado por la Clínica San Román
05-12-2020
