Pie plano – Disfunción del Tendón Tibial Posterior
La disfunción del tendón tibial posterior (Pie Plano) es una de las causas más frecuentes de dolor en el pie y tobillo.
Los músculos son los encargados de la movilización de las articulaciones, y los ligamentos ayudan a limitar y estabilizar los movimientos articulares impidiendo luxaciones. El tendón tibial posterior se origina en la tibia y recorre la pierna por su cara posterior e interna, pasa por el tobillo (maleolo interno) hasta insertarse en el primer metatarsiano y primer dedo, así como ramificaciones que terminan en la región plantar del mediopié.
El tendón tibial posterior es uno de los elementos que ayuda a mantener el arco interno del pie.
Cuando el tendón se inflama o se lesiona de forma repetida se puede observar como el arco plantar disminuye hasta llegar a formar el pie plano adquirido del adulto.
¿Qué signos presentan los pacientes con pie plano adquirido?
- Dolor en la parte medial y posterior del tobillo.
- En ocasiones, se produce inflamación del área.
- Discreta disminución del arco interno del pie con aplanamiento.
- Dolor y limitación al ponerse de puntillas.
- Sensibilidad y dolor en la parte central del pie en flexión dorsal.
- Dolor de tobillo al realizar actividades de impacto (por ejemplo, baloncesto).
¿Cuáles son los factores de riesgo?
Existe una mayor prevalencia de pie plano adquirido en mujeres mayores de 50 años.
Los principales factores de riesgo son:
- Cirugía o traumatismo de tobillo previos.
- Infiltraciones locales con corticoides.
- Enfermedades inflamatorias y degenerativas como artritis, artritis-psoriasis, espondiloartropatía, etc.
- Deportes de impacto como baloncesto, tenis y fútbol que pueden lesionar el tendón tibial posterior.
- Otros: obesidad, diabetes mellitus, vasculopatías y neuropatías.
¿Cómo se diagnóstica el pie plano adquirido?
Para un correcto diagnóstico se debe valorar los antecedentes del paciente así como realizar una exploración física. El equipo médico y podológico deberá además realizar un estudio dinámico y estático de la marcha para valorar las distintas presiones ejercidas en el apoyo plantar. También se le puede pedir al paciente que se coloque de puntillas.
Finalmente se podrán realizar radiografías del pie, ecografía o resonancia magnética para determinar si hay lesión musculotendinos.
¿Qué tratamientos tenemos disponibles?
Con el paso del tiempo y sin tratamiento, esta disfunción puede ocasionar una rigidez crónica del arco plantar interno. Se produce una artropatía de la parte posterior del pie y el dolor aumenta.
En etapas tempranas la disfunción del tendón tibial posterior se puede tratar con reposo, antiinflamatorios y plantillas ortopédicas a medida bajo molde de escayola.
Cuando los tratamientos conservadores fracasan se puede considerar la cirugía. Existen diversos procedimientos quirúrgicos para tratar el pie plano adquirido. Estos incluyen:
- Tenosinovectomía: consiste en desbridar el tejido inflamado alrededor del tendón.
- Osteotomía: permite modificar la alineación del calcáneo.
- Transferencia de tendón: en ocasiones se realizar una transferencia de tendones para reparar el tendón dañado.
- Artrodesis: en etapas muy avanzadas de pie plano adquirido con artrosis importante, se puede realizar una fusión de los huesos de la parte posterior del pie.
El pie plano es una condición en la que el arco del pie se aplana, haciendo que toda la planta del pie toque el suelo al estar de pie. Aunque puede ser asintomático en muchas personas, en algunos casos puede causar dolor y problemas de movilidad. Esta condición puede ser congénita o desarrollarse con el tiempo debido a factores como la obesidad, el envejecimiento o lesiones en los tendones.
Un aspecto crucial en el tratamiento del pie plano es el diagnóstico temprano y preciso. La Clínica San Román realiza un estudio dinámico y estático de la marcha para evaluar las presiones plantares y la función del tendón tibial posterior. Este enfoque detallado permite personalizar el tratamiento, que puede incluir desde el uso de plantillas ortopédicas a medida hasta intervenciones quirúrgicas.
Además de los tratamientos tradicionales, la Clínica San Román se distingue por su uso de tecnologías avanzadas como la fluoroscopia y la ecografía 4D, lo que garantiza diagnósticos precisos y tratamientos efectivos. La cirugía mínimamente invasiva es una opción para casos severos, ofreciendo una recuperación más rápida y menos dolorosa para los pacientes. La combinación de experiencia y tecnología avanzada posiciona a la Clínica San Román como un referente en el tratamiento de problemas podológicos.