¿Qué son los Callos y Helomas?
Callos y helomas son áreas de piel engrosada que se desarrollan como una respuesta protectora a la presión y fricción repetidas. Aunque son similares, hay diferencias clave entre ellos.
Callos
Los callos, también conocidos como hiperqueratosis, suelen aparecer en las zonas de la piel que soportan peso o están expuestas a fricción constante, como las plantas de los pies. La piel se engrosa para proteger las capas subyacentes de lesiones. Los callos generalmente no son dolorosos, pero pueden causar molestias si se vuelven muy gruesos.
Helomas
Los helomas, conocidos popularmente como «ojos de pollo», son áreas de piel engrosada más pequeñas y profundas que los callos. Se producen cuando la fricción o la presión se concentra en un punto específico. A diferencia de los callos, los helomas suelen ser dolorosos porque presionan las terminaciones nerviosas en la piel. Se pueden clasificar en varios tipos:
- Heloma Duro: Aparece en la parte superior de los dedos y en las plantas de los pies.
- Heloma Blando: Se encuentra entre los dedos del pie.
- Heloma Vascular: Contiene vasos sanguíneos y puede sangrar.
- Heloma Neurovascular: Contiene vasos sanguíneos y terminaciones nerviosas, siendo muy doloroso.
Causas Comunes
1. Calzado Inadecuado: Zapatos que son demasiado ajustados, con tacones altos o con un soporte insuficiente pueden causar callos y helomas debido a la presión y la fricción excesivas.
2. Deformidades del Pie: Condiciones como juanetes, dedos en martillo o pie plano pueden contribuir a una distribución anormal de la presión en el pie, provocando la formación de callos y helomas.
3. Actividades Repetitivas: Actividades que implican presión o fricción repetida en los pies, como correr o caminar largas distancias, pueden aumentar el riesgo.
4. Ausencia de Calcetines o Calcetines Inadecuados: No usar calcetines o usar calcetines que no se ajustan bien puede aumentar la fricción entre el pie y el zapato.
Prevención y Tratamiento
1. Elección de Calzado Adecuado: Usar zapatos bien ajustados y cómodos, con suficiente espacio para los dedos y buen soporte para el arco.
2. Uso de Plantillas y Almohadillas: Plantillas ortopédicas y almohadillas pueden ayudar a redistribuir la presión en los pies y prevenir la formación de callos y helomas.
3. Cuidado Regular de los Pies: Mantener la piel de los pies suave e hidratada, y usar piedra pómez o limas de pie para reducir el grosor de los callos.
4. Visitas Regulares al Podólogo: Consultar a un podólogo para el tratamiento profesional de callos y helomas, especialmente si son dolorosos o recurrentes.
Tratamientos Profesionales
1. Desbridamiento: El podólogo puede cortar y remover la piel engrosada para aliviar el dolor y reducir la presión.
2. Ortopedia: Plantillas personalizadas pueden ayudar a corregir las deformidades del pie y redistribuir la presión.
3. Cirugía: En casos severos, puede ser necesario realizar una cirugía para corregir la causa subyacente de la fricción o presión.
Conclusión
El desarrollo de callos y helomas es una respuesta natural del cuerpo a la fricción y presión excesivas en los pies, pero pueden ser prevenidos y tratados con el cuidado adecuado. La elección de un calzado apropiado, el uso de plantillas ortopédicas y el cuidado regular de los pies son medidas efectivas para evitar estas condiciones. Si ya sufres de callos o helomas, es esencial buscar tratamiento profesional para aliviar el dolor y prevenir complicaciones mayores. En Clínica San Román, estamos comprometidos con tu salud podológica y te ofrecemos las mejores soluciones para mantener tus pies en óptimas condiciones.